Democracia y participación política de las mujeres
En la República Dominicana, las mujeres adquirieron el derecho al sufragio en el año 1942, lo que les otorgó el derecho de elegir y, posteriormente, el de ser elegibles para cargos públicos. A pesar de cien años de ejercer este mecanismo de participación popular, no se ha logrado una representación efectiva de las mujeres en los cargos de elección pública, en las organizaciones políticas y en los procesos electorales. En ese sentido, la reforma constitucional de 2010, en el Artículo 39, inciso 3, instituye el derecho a la igualdad. En esta aspiración, el Estado está vinculado a la demostración pública para adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la igualdad, aprobando leyes para alcanzar este ideal y asegurar su efectividad real.
En la construcción de una democracia representativa, tal como lo enuncia la Carta Magna, se han aprobado diversas leyes para lograr un estado de participación igualitaria. En la Ley 20-23 se establece la equidad de género (no igualdad) en las nominaciones y propuestas de candidaturas, con un mínimo del 40% y un máximo del 60% de mujeres y hombres en las listas para los cargos de elección pública, como diputaciones, regidurías y vocalías. De igual manera, esto está estipulado en la Ley 33-19, de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, para la selección de candidatos y candidatas.
El Estado tiene la responsabilidad de promover las condiciones jurídicas y de hecho para lograr una participación equilibrada de mujeres y hombres en los cargos de elección popular, tanto en las instancias de dirección como en las de toma de decisiones en el ámbito público, la administración de justicia y los organismos de control del Estado. Esta conquista democrática sigue siendo un desafío para el marco legal, las entidades públicas, los órganos electorales y los gobiernos.
La democracia como sistema presupone que las decisiones deben tomarse por la voluntad del soberano (el pueblo). Resulta que, dentro de este conglomerado, el porcentaje más elevado corresponde a las mujeres. Sin embargo, se observa un desequilibrio entre participación y representación, lo cual debe corregirse mediante la educación y políticas públicas, ya que la participación y la representación deben estar en correspondencia.
La democracia se basa en la idea de que las decisiones deben tomarse por la voluntad del pueblo, siendo el soberano el que ejerce su poder a través del voto. Sin embargo, en este conglomerado, las mujeres conforman el grupo más numeroso. En este artículo, examinaremos el desequilibrio entre la participación y la representación de las mujeres en la democracia y cómo la educación y las políticas públicas pueden corregir esta disparidad para promover la igualdad de género.
Estadísticas Elecciones 2020
Diputado/a
SENADOR/a
ELECTOS MUNICIPALES 2020
Cargo | Femenino | % | Masculino | % | Total |
---|---|---|---|---|---|
ALCALDE(SA) | 19 | 12% | 139 | 88% | 158 |
DIRECTOR(A) | 22 | 9% | 213 | 91% | 235 |
REGIDOR(A) | 352 | 30% | 812 | 70% | 1164 |
VOCAL | 202 | 27% | 533 | 73% | 735 |
Grand Total | 595 | 26% | 1697 | 74% | 2292 |
Cargo | Femenino | % | Masculino | % | Total |
---|---|---|---|---|---|
SUBDIRECTOR(A) | 213 | 91% | 22 | 9% | 235 |
SUPLENTE REGIDOR(A) | 446 | 38% | 635 | 55% | 1164 |
VICEALCALDE(SA) | 137 | 87% | 20 | 13% | 158 |
Grand Total | 796 | 57% | 677 | 43% | 1557 |
El desequilibrio entre participación y representación
A pesar de constituir la mayoría de la población, las mujeres han estado históricamente subrepresentadas en los espacios políticos y de toma de decisiones. Este desequilibrio es evidente en la falta de representación de las mujeres en los órganos legislativos, ejecutivos y judiciales, así como en otros espacios de poder. La brecha entre la participación de las mujeres en la sociedad y su representación en los cargos políticos señala la necesidad de corregir esta disparidad para fortalecer la democracia.
Políticas públicas para garantizar la igualdad de género
Es crucial que las políticas públicas se enfoquen en abordar las barreras que impiden la participación y representación igualitaria de las mujeres en la democracia. Esto puede incluir la implementación de cuotas de género en la distribución de escaños legislativos, el fomento de la participación política de las mujeres en todos los niveles de gobierno, el fortalecimiento de la protección contra la violencia política y el apoyo a programas de capacitación y mentoría para mujeres políticas. Estas medidas ayudarán a cerrar la brecha y garantizar que la participación y la representación estén en correspondencia.
Beneficios de la igualdad de género en la democracia
La igualdad de género en la participación y la representación política conlleva numerosos beneficios para la democracia en su conjunto. La diversidad de perspectivas y experiencias que aportan las mujeres enriquece la toma de decisiones, promueve una mayor representatividad y garantiza que se aborden las necesidades e intereses de todos los miembros de la sociedad. La igualdad de género en la democracia fortalece la legitimidad del sistema y crea una sociedad más justa e inclusiva.