Por décadas, la participación política y la toma de decisiones han sido dominadas por hombres en la República Dominicana, lo que ha resultado en una falta de representación significativa de la mitad de la población: las mujeres. A pesar de los avances en la igualdad de género en todo el mundo, el problema persiste en el país y la falta de representación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones sigue siendo un obstáculo para el desarrollo inclusivo.
Las cifras hablan por sí solas. Según el informe “Las Mujeres en los Espacios de Toma de Decisiones en América Latina y el Caribe”, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2019 la representación política de las mujeres en la República Dominicana alcanzó solo el 19,8% en el Congreso Nacional y el 18,9% en el Senado. Además, el informe indica que la representación de las mujeres en puestos de toma de decisiones a nivel local y municipal es aún menor, con solo el 13,4% de las alcaldías y el 28,7% de las regidurías ocupadas por mujeres.
Este desequilibrio en la representación política de las mujeres tiene graves consecuencias. Las políticas públicas y las decisiones que se toman en el país no reflejan las necesidades y preocupaciones de la mitad de la población, lo que puede llevar a una falta de atención a problemas específicos de género, como la violencia de género, la desigualdad salarial, el acceso limitado a la educación y la atención médica, y la falta de protección legal contra la discriminación.
Además, la falta de representación de las mujeres también puede desalentar a las mujeres jóvenes y aspirantes a entrar en la política y en otros espacios de liderazgo. Si no ven a otras mujeres en posiciones de poder y autoridad, puede ser difícil imaginar que puedan tener éxito en esas áreas.
Es fundamental que se tomen medidas concretas para abordar esta situación y aumentar la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones. Esto puede incluir medidas como la implementación de cuotas de género en la política, la promoción de la educación y la capacitación en liderazgo para las mujeres, la lucha contra la discriminación y la violencia de género, y la creación de políticas y programas que aborden específicamente las necesidades y preocupaciones de las mujeres.
Es hora de reconocer que la inclusión de las mujeres en la política y la toma de decisiones no es solo un tema de justicia y equidad de género, sino que también es fundamental para el desarrollo sostenible e inclusivo de la República Dominicana.