Me permito reflexionar sobre lo dicho por el presidente electo de la República Dominicana, Luís Abinader Corona, en el sentido de nombrar a 31 mujeres como gobernadoras provinciales, gesto que es bien visto por este segmento de la población, otros más conservadores están en desacuerdo con esta medida.
Nos hubiese agradado, más aún, escuchar ese mismo anuncio en el sentido de que las mujeres serán tomadas en cuenta para puestos donde se toman decisiones tales como: La Procuraduría General de la República, Ministerio de Interior y Policía, Ministerio de Defensas, Relaciones Exteriores, por solo citar unos pocos ejemplos.
De lo que se trata es; de reconocimiento de derechos, en ese orden de ideas una pregunta asalta mi memoria, ¿qué hace grande a un gobernante?, entiendo que es la voluntad de reconocer y proteger los derechos de los ciudadanos, sin importar la clase política, sexo y religión, más allá de los intereses y compromisos personales y particulares.
Es de justicia reconocer e incluir a las mujeres dentro del grupo de dominicanos que dirigirán los destinos de la nación, ellas esperan ser llamadas como se les prometió durante la campaña. Están “preparadas” y tienen “experiencia” extensa.
Se trabaja por el acceso a la participación en los puestos donde se toman decisiones que impactan a la sociedad. Las mujeres merecen formar parte del Estado para ayudar con las capacidades y sobradas experiencias a construir una nación más justa, inclusiva y con menos desigualdades desde la administración de la cosa pública.
Se les exige a las mujeres capacidades para merecer un puesto, “sin importar la relevancia del mismo”, calificación o requisito que pierde preeminencia si se trata de su par (los hombres). O acaso yo pregunto: ¿Se le exige a un hombre capacidades para ocupar una posición? ¿Se anuncian con bombos y platillos que se designarían X cantidad de hombres en la administración pública? Es evidente que en ambos casos la repuestas es no.
Quisiera pensar, a sabiendas de que no es cierto, que en los partidos políticos y en las organizaciones sociales, no existen mujeres para formar parte de un tren gubernamental. Se deja ver una vez más un sesgo de discriminación por parte de las autoridades que dirigirán los destinos de la nación por este periodo.
Ellas trabajaron y también ganaron. Los derechos no se mendigan, se exigen y se demandan. Mirar con beneplácito este anuncio, es como nadar grandes millas mar adentro y morir en la orilla, las mujeres no deben aceptar en derechos; ni más ni menos de lo que merecen.
¡Y haréis justicia!!
Dejo en la mesa para futuras discusiones una frase de la escritora británica: J.K Rowling. “Son nuestras decisiones las que muestran quienes somos realmente, más que nuestras habilidades”.